
Criminología

"Cada "escena del delito" es un aula escolar en donde los autores del delito enseñan algo al investigador acerca de sí mismos". (Unidad de Ciencias del comportamiento, FBI).
Dactilogramas:
Son el conjunto de crestas papilares correspondientes a cada dedo. Existen tres tipos de dactilogramas:
Principios básicos que sustentan la dactiloscopia
Inmutables: Se pasa por el hecho de que las crestas papilares no se pueden modificar o transformar fisiológicamente, voluntariamente ni patológicamente.
Perennes: Siempre las crestas van a conservar las mismas proporciones y permanecen invariables en forma, situación, número, dirección, hasta que la putrefacción del cadáver destruya la piel.
Diversiformes: Las crestas forman distintos dibujos.
Técnicas para obtener dactilogramas
La búsqueda de huellas en el lugar de los hechos
En el lugar de los hechos existe la posibilidad de encontrarse impresiones dactilares abandonadas que serán útiles para facilitar la identificación del supuesto sospechoso o sospechosos. Las huellas dactilares no suelen ser captadas a simple vista en la mayoría de los casos, lo cual implica que la búsqueda debe realizarse con paciencia y astucia, por medio de una determinada y perfecta inspección del lugar. Las huellas pueden encontrarse en el lugar que menos lo esperemos, principalmente en todos aquellos objetos de superficie brillante, lisa o pulimentada.
Materiales que se utilizan para el levantamiento de huellas latentes
Blanco, Rojo, Gris, Aluminio, Bronce, Sangre de dragón: Es un polvo neutro que se utiliza para superficies claras y oscuras.
1. Cinta adhesiva transparente.
3. Brochines, Brochas, Pinceles: De variado tamaño y grosor, que tengan pelo de camello.
4. Tijeras.
5. Linterna.
6. Guantes.
7. Cámara fotográfica.
8. Testigos métricos.
9. Pinzas de metal o madera.
10. Bolsas plásticas.
11. Actas para el levantamiento de huella latentes.
12. Tarjetas para impresiones dactilares.
Levantamiento de huellas latentes
Una vez que las huellas latentes han sido fotografiadas, se procede al levantamiento mediante el uso de una cinta adhesiva transparente. Esta se coloca encima de la huella y con un poco de presión ejercida en una mínima dirección se adhiere esa huella a la cinta. Luego se coloca en una tarjeta oficial o en un cartoncito blanco.
Polvos reactivos
El uso de los polvos químicos nos permite hacer visible la huella dactilar para que pueda ser preservada y cotejada.
Los polvos se pegan a las materias grasosas de las crestas papilares impresas.
En la práctica los tipos de polvos que se utilizan con más frecuencia son el gris y el negro.
El polvo gris se suele aplicar en las superficies de color oscuro, áreas metálicas brillantes y espejos.
En cambio el color negro se aplica sobre superficies de colores claros o blandos. El color del polvo deberá ser diferente al objeto en donde se encuentra la huella latente, lo mismo que la tarjeta a la cual se traspasa la huella.
La brocha.
Una pequeña cantidad de polvo reactivo se espolvorea sobre la huella latente y luego con la brocha o pincel se pasa varias veces siguiendo la dirección de las crestas papilares. El procedimiento no debe realizarse en exceso, ya que la huella se borraría. Debe evitarse el esparcimiento de polvos en superficies mojadas o húmedas porque se forman rastros indescifrables.
La Brocha magnética.
Es un instrumento que se parece a un bolígrafo cuya punta está magnetizada. Su función es la de hacer resaltar la huella latente. Los polvos utilizados con este tipo de brocha están hechos a base de hierro.
Las ventajas que tiene este instrumento es que todo el sobrante del polvo magnético puede recogerse fácilmente por el poder magnético de la brocha y puede revelar huellas latentes en cueros, papel y otros objetos donde el reactivo corriente no lo hace.
Levantamiento de huellas latentes en documentos o revelado.
La utilización de medios químicos para obtener la revelación de huellas latentes en papel, cartón, madera, plástico y armas de fuego, requiere de un procedimiento más complejo que cuando se emplean los polvos reactives.
Dentro de los procedimientos para revelar están:
Ninhydrin, Vapores de yodo, Nitrato de plata, Ninhydrin.
Es el procedimiento químico para revelar impresiones latentes que contienen aminoácidos.
Algunos están fabricados a base de alcohol o acetona.
El ninhydrin con alcohol permite que no se borre la letra del documento, ya que no tiene --elación alguna con la tinta de la misma. Es un procedimiento lento, ya que las huellas latentes empiezan a aparecer entre 6 a 11 horas.
El ninhydrin con acetona sí borra las letras del documento. Tiene la ventaja de agilizar el procedimiento de revelado. Aquí las huellas empiezan a aparecer entre 3 y 8 horas. Aquí no se pierde la huella y la misma se puede fijar mediante el calor de una plancha. Se coloca el papel o documento entre 2 papeles secantes para darle calor y fijar así la huella. El revelado es de color amarillo.
Vapores de yodo. Se puede utilizar de dos formas:
Mediante la pistola de Gooch: Se utiliza para reactivar documentos pequeños. A esta pistola se le da calor, soplando la manguera de hule, la cual da origen al vapor que permitirá el revelado.
El carbonato de calcio sirve para absorber la transpiración del operador. A estas huellas sólo se le toman fotografías.
Por medio de una cámara de vaporización:
Para reactivar documentos más grandes que el tamaño de una hoja de carta.. Se introduce el documento a la cámara. Ponemos unos gránulos de yodo sobre un vidrio de reloj, el cual ponemos sobre un frasco de vidrio al que le damos una fuente de calor directa para que disuelva el yodo y desprenda vapores, los cuales se van a impregnar en el documento, apareciendo así las huellas latentes que contienen grasa.
El revelado se logra en 10 minutos como también en 10 minutos se evapora la huella.
El color del revelado generalmente es amarillo.
La primera de las causas se presenta en dos oportunidades diferente: La una, cuando ha existido atención médica, luego una de las lesiones personales, dolosas, culposas o accidentales, y por haber transcurrido algún tiempo, cree el médico tratante que no se requiere la necropsia, como por ejemplo una sepsis. La otra oportunidad se presenta en casos en los que el municipio o el poblado carece de médico y entonces procede a una inhumación provisional; para estos casos seria de gran utilidad que en los cementerios de esos lugares existiera una bóveda destinada para las inhumaciones provisionales, a fin de agilizar el trabajo de los funcionarios que han de intervenir en esas actuaciones.
La segunda de las indicaciones es la ampliación de lesiones que no fueron señaladas en la necropsia inicial, y que luego en la instrucción del sumario parecen importantes.
En las dos oportunidades anteriores, la exhumación es del ámbito judicial, y pudieran evitarse expidiendo juiciosamente el médico tratante los certificados de defunción y practicándose completas en cada caso.
Si las lesiones fueron en los tejidos blandos o en viseras abdominales o vasculares, la exhumación sólo aporta datos de utilidad en las primeras dos o tres semanas en climas cálidos, y en el primer mes en climas fríos de positividad va disminuyendo a tal punto que seis meses después del deceso es de dudosa utilidad la exhumación, excepto cuando hubo lesiones óseas, o algunos envenenamientos. En lesiones óseas, las fracturas antiguas o recientes y los callos óseos permanecen casi indefinidamente.
En intoxicaciones, depende del tóxico que ha de investigarse; los insecticidas pueden detectarse en los primeros meses, y una posible indicación de ese deceso, lo constituye la ausencia de la fauna cadavérica; el alcohol etílico y el cianuro pueden generarse espontáneamente por la fermentación bacteriana de los azúcares en el primer caso, y la putrefacción en el otro; por iguales circunstancias se ha dicho que puede generarse monóxido de carbono; también como artificio pueden aparecer radicales fenoles que interferirán con el análisis de radicales ácidos; drogas como barbitúricos, metacualonas, glutetimide, nicotina, cloroquina, pueden extraerse, aún años después del deceso; los metales y metaloides pueden llegar a demostrarse años después. En estos casos valen algunas consideraciones respecto de la colección de muestras: se debe remitir todo material liquido que exista en el fondo del ataúd; pedazos de cajón de la parte más baja, y aún en tierra también de debajo del cuerpo; los músculos estriados en muslos que se conservan por muchos años, han de recolectarse; si hay restos de cabellos, también se recolectan; huesos es también útil, tomando por ejemplo costillas.
Si el cadáver fue embalsamado, ha de tenerse en cuenta que la sustancia más utilizada es el formol con algunas anilinas, lo que anula la investigación del alcohol metílico y dificulta el estudio del alcohol etílico y de otras sustancias reductoras.
En los casos en los que la exhumación no es posible, por ser lugar inaccesible, o por no poderse localizar la sepultura, o porque se deduce que por el tiempo transcurrido no debe haber hallazgos, puede recurrirse a una prueba supletoria para que el perito médico conceptúe, previo conocimiento del acta de levantamiento del cadáver y de las circunstancias procesales, las probables causas del deceso y su nexo de causalidad con las lesiones, lo que es aceptado por nuestra Corte Suprema de Justicia.
Finalmente, la tercera de la indicaciones, la extracción de los restos óseos, fue estructurada en la Ley 9ª de 1979, Código Sanitario Nacional.
Durante la exhumación debe seguirse el procedimiento siguiente:
5. Clasificar el entierro de la manera siguiente:
6. Asignar un número inequívoco al entierro. si no se está utilizando ya un sistema adecuado de numeración, el antropólogo debe idear uno.
7. Establecer un punto inicial, y luego cuadricular y hacer un gráfico del lugar del entierro haciendo una rejilla de tamaño apropiado y siguiendo técnicas arqueológicas normales. En algunos casos, puede bastar con medir la profundidad de la fosa desde la superficie hasta el cráneo y desde la superficie hasta los pies.
8. Extraer la capa superior de tierra, examinando está en busca de materiales asociados. Dejar constancia del nivel (la profundidad) y las coordenadas relativas de los hallazgos de esa especie. El tipo de entierro especialmente si es primario o secundario, influye en el cuidado y atención que es necesario prestar en este momento.
9. Un detector de metales es útil para hallar elementos como balas o joyas, particularmente en los niveles inmediatamente superior o inferior al nivel de los restos.
10. Cuando se ubique el nivel del entierro, circunscribir el cadáver y si es posible, abrir la excavación del entierro a un mínimo de treinta centímetros a los costados del cadáver.
12. Exponer los restos con un cepillo blando o escobilla, No utilizar el cepillo sobre la tela, por cuanto puede destruir los restos de fibras. Examinar el suelo alrededor del cráneo en busca de pelo. Colocar este suelo en una bolsa para estudiar en el laboratorio. Los restos pueden ser frágiles, y es importante determinar la interrelación de los elementos que se pueden alterar fácilmente.
13. Fotografiar y hacer un gráfico de los restos en el lugar mismo. Todas la fotografías deben incluir un número de identificación, la fecha, una escala y una indicación del norte magnético.
14. Antes de desplazar algo, debe medirse al individuo.
15. Extraer todos los elementos y ponerlos en bolsas o cajas procurando evitar los daños. Numerar y poner fechas iníciales a todos los recipientes.
16. Escavar y pasar por una criba o cedazo el suelo situado inmediatamente debajo del entierro. Se debe llegar a un nivel de suelo estéril (libre de artefactos) antes de cesar la excavación y comenzar a rellenar.